Dimensión Afectiva

Las emociones y sentimientos hacen parte fundamenta y estratégica en la dimensión afectiva, visto desde el punto, que su expresividad actitudinal, reflejan dicha dimensión en el ser humano  (Monografias Plus, sf). “La salud emocional es de vital importancia para lograr la armonía y el equilibrio que se requiere para obtener una adecuada calidad de vida”  (Monografias Plus, sf).

 Amar, reír, llorar, gritar, odiar, desear, disfrutar, son emociones que llegan a reflejar sentimientos, que a su vez reflejan tanto buenas como malas conductas en los seres humanos.

Podemos encontrar una serie de autores que definen la Afectividad desde sus perspectivas como lo es;

Jean Piaget 

Piaget y su teoría psicogénica fundada en el modelo constructivista, manifiesta que el desarrollo cognitivo de los niños en su primera infancia, se estimulan y desarrollan en base a la afectividad, dicho subproceso permite desarrollar habilidades cognitivas con mayor destreza y asimilación tanto ideológica como comportamental. “Es decir, el niño asimila la información que recibe y la acomoda para elaborar nuevos esquemas de conocimiento. Así actúa mediante reflejos o conductas innatas que le permiten manipular y conocer su entorno” (García, 2012).


Piaget establece unos criterio  procedimental en el desarrollo de los niños y niñas en su primera infancia.

Periodo sensoriomotor (de 0 a 2 años)

manera gradual, a través de habilidades sensoriales y motoras (tocar, chupar, apretar, tirar…). El niño repite constantemente acciones que le den satisfacción y así progresivamente va disponiendo de un repertorio cada vez más amplio de habilidades que le permiten explorar y conocer el mundo.

Periodo preoperacional (de 2 a 7 años)



Se consolida el lenguaje, empieza a conocer que a través de este puede expresar sus deseos, aunque el pensamiento aún no es lógico, es un pensamiento simbólico. Comienza a desarrollar el juego simbólico, el niño utiliza símbolos para poder representar objetos, personas, lugares, etc. A su vez el niño está en la fase de egocentrismo intelectual, es decir, todo gira alrededor de él y es incapaz de ser empático, de ponerse en el lugar de los demás.

Nota: Adaptada de TÉCNICO SUPERIOR EN EDUCACIÓN INFANTIL (p. 16, 17), por C. Fernández, 2012, editorial cep

 


Henry Wallon

“Wallon se centra en cuatro factores que explican la evolución del niño: la emoción, el otro, el medio y el movimiento” (García, 2012). Wallon sustenta que al momento de nacer el conocimiento es nulo y se principia a enriquecer con el avance intelectual entre la interacción entre el infante y su contexto.

En esta línea, defiende que en el desarrollo humano se produce una transición desde lo biológico o natural, a lo social o cultural. Esta transición se va a producir gracias a la presencia del otro. Por lo tanto Wallon coincide con Vygotsky al afirmar que el niño es un ser social desde que nace y que en la interacción con los demás va a residir la clave de su desarrollo  (García, 2012).

Wallon define unos estadios que presentan los infantes en forma particular.

Estadio de impulsividad motriz (0- 6 meses)


Dirigido a la construcción del individuo, por lo que predominan las funciones fisiológicas, el sueño, la alimentación, el movimiento, etc.

Estadio emocional (6-12 meses)


La emoción permite al niño construir una simbiosis afectiva con el entorno.

Estadio sensoriomotor (2-3 años)

Presenta dos objetivos básicos, la manipulación de objetos y la imitación. El niño se acerca y experimenta tocando objetos e imitando.

Estadio de personalismo (3-6 años)


El niño va tomando conciencia de la personalidad en la construcción del yo y es por ello que siente la necesidad afectiva de cariño, apoyo y reconocimiento de los demás. En este estadio distingue varios subperíodos:

De 2 a 3 años: surge una crisis de personalismo, una oposición y rechazo hacia los demás y la insistencia en la propiedad de los objetos.

De 3 a 4 años: es el período de gracia en las habilidades expresivas y motrices. Sucede la búsqueda de la aceptación y admiración de los otros.

De 4 a 6 años: es el período de representación de roles e imitación de comportamientos de aquellos que admira.

Nota: Adaptada de TÉCNICO SUPERIOR EN EDUCACIÓN INFANTIL (p. 17, 18), por C. Fernández, 2012, editorial cep

 

Sigmund Freud

Freud concibe que los criterios sexuales del individuo se exteriorizan cuando el infante fantasea, por esto.” El afecto tiene un lugar predominante en la teoría de la personalidad de Freud, ya que según el autor, la forma en que los progenitores manejen los instintos sexuales va a determinar el desarrollo del niño” (García, 2012). E influyen en los desarrollos del el ello, el yo y el superyó


Freud determina unas estructuras de la personalidad en cuanto a la psicosexualidad:

 

Fase oral (de 0 a 1 año)


Predomina la boca, órgano desde el cual obtiene placer y puede descubrir el mundo que le rodea, con acciones como chupar, masticar o morder. Se establece una relación afectiva entre el niño y su madre, que de no ser así a través del contacto adecuado, puede alterar su comportamiento.

Fase anal (de 1 a 3 años)


Se caracteriza sobre todo por la retención y el control de esfínteres, como medio de satisfacer el instinto sexual. Los padres deben crear un clima emocional estable en esta fase, con el fin de establecer los mecanismos necesarios para el equilibrio de la personalidad.

Fase fálica (de 3 a 6 años)


Tiene lugar el Complejo de Edipo en los niños y el complejo de Electra en las niñas, es decir la búsqueda de deseo satisfactorio en el progenitor del sexo opuesto. Es por ello que realiza una identificación con los de su propio sexo y una necesidad de acercamiento con los del sexo contrario. Así se da un conflicto en los niños, que sienten la necesidad de mantener ese vínculo afectivo con sus padres.

Nota: Adaptada de TÉCNICO SUPERIOR EN EDUCACIÓN INFANTIL (p. 18, 19), por C. Fernández, 2012, editorial cep

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